Pest
La mañana siguiente teníamos como objetivo visitar todo Pest e ir al balneario Szechenyi. Decidimos desayunar en el mercado central, que nos pillaba muy cerca (ni 5 minutos a pie), y además es bastante económico (Sólo nos gastamos 2€). Compramos un café para llevar y dos dulces, y nos fuimos andando hacia el museo nacional y la gran sinagoga.
Desayunando en el mercado |
Museo nacional |
La Gran Sinagoga |
Por desgracia no entramos ni en el museo ni en la sinagoga. En el primero por estar cerrado, y en el segundo porque nos querían cobrar la friolera de 15€ a cada uno, ¡solo la entrada!, sin explicación ni nada. Así que vimos ambos monumentos por fuera y continuamos por la Vía Andrassy hacia la basilica de san Esteban.
Una vez llegamos a la basílica descubrimos que se podía subir a la cúpula desde la que se puede ver toda Budapest por un módico precio de 500 HUF, que vienen a ser 1,60€ aproximadamente.
Las vistas merecen la pena, aunque a nosotros nos pilló un día de niebla y la visibilidad no era demasiada, pero aún así es impresionante. También debo decir que estas "vistas de altura" vienen acompañadas de un sinfín de escaleras de caracol que deberás superar para llegar a la cima.
Al final de las escaleras de caracol hay que subir unas tres plantas más, pero por suerte, para los más vaguetes, ¡hay un ascensor!.
Una vez arriba, el mirador consiste en un pasillo circular que rodea la cúpula central de la Basílica, por lo que se puede ver Budapest desde cualquier ángulo.
Escaleras para llegar a la cúpula |
Vistas desde el mirador |
Tras la visita a la Basílica nos encaminamos hacia el Parlamento, pasando primero por la Ópera de Budapest y algunas calles pintorescas y bastante bonitas.
Nuestra sorpresa al llegar al Parlamento fue bastante grande, y por desgracia no fue buena. ¡Estaba en obras! Absolutamente toda la plaza que se encuentra al frente era inaccesible, al igual que el mismo parlamento, y ni que decir tiene que las vistas llenas de vallas y trabajadores no eran las mejores, pero bueno, seguía siendo bonito.
Parlamento en obras |
Una vez cumplimos la ruta turística por Pest, nos encaminamos hacia el siguiente punto, La plaza de los Heroes y el Balneario. Estos se encuentran un poco más alejados y decidimos ir en metro, pues costaba unos 350HUF (1.15€ aprox) y nos dejaba justo en la puerta de los baños Széchenyi, aunque nos bajamos en la parada anterior para recorrer primero la plaza de los héroes y el parque.
La plaza de los Héroes es uno de los monumentos más emblemáticos de Budapest por estar ligado con su historia. Además a sus costados se encuentran el Museo de Bellas artes y el Palacio del arte, y justo a su espalda el parque de la ciudad.
Plaza de los Héroes con el parque de fondo |
Tras la foto obligada, nos adentramos en el parque de la ciudad. En éste nos encontramos una pista de hielo enorme, del tamaño de un campo de fútbol aproximadamente, a un lado, y al otro un lago de aguas termales con un montón de patos muy amigables (¡Comían de la mano y todo!).
El lago era bastante curioso, pues con el frío que hacía (unos 8 grados bajo cero) emanaba humo.
Pista de hielo |
El lago con la niebla |
Los patitos del lago comiendo |
Fernando en la puerta del balneario |
Tras el paseo por el parque nos dirigimos al balneario.
Estos baños, para mí, son una visita obligada, especialmente en los meses de invierno, pues tienen unas piscinas exteriores de aguas termales, y es algo para recordar el estar bañándose en ellas a -10 grados.
También he de decir que a la hora de salir del agua se pasa bastante mal, pues la toalla no es un gran abrigo y si encima vas como nosotros, sin chanclas, aún peor, ¡pues el suelo está helado!, literalmente.
Como consejo si vais a ir, os recomendaría llevar chanclas ¡y efectivo en florines!, pues no permiten pagar en euros y el depósito lo debes dar en metálico.
Balneario de día |
Yo detrás de una de las fuentes |
Balneario de noche |
Planta congelada junto a la piscina |
La sensación de estar en ese agua tan calentita con tanto vapor alrededor es inmejorable, algo de lo que yo creo que siempre me acordaré.
Además de las piscinas exteriores, también tienen numerosas piscinas interiores, saunas, baños turcos, y piscinas para hacer gimnasia y un lounge-bar, aunque he de decir que apenas usamos esas piscinas, pues las de fuera eran, en mi opinión, las mejores.
Las piscinas exteriores tenían hasta una zona de aguas rápidas; una especie de caracola en el centro de la piscina con una fuerte corriente, en el que te metías y te dejabas llevar.
En cuanto al precio, bueno, no se puede decir que sea barato: el pack básico son unos 5000 HUF más el depósito por la toalla que son 2000 HUF más (aunque te los devuelven después), y si incluyes un box privado para cambiarte, tour guiado, masaje, bebida y macedonia en el lounge, etc. puede llegar hasta unos 24.000 HUF unos 80€).
Yo os recomendaría optar por la versión básica si no sois muy exclusivos, pues por unos 5000 HUF,(unos 18€) tienes el acceso básico a las piscinas.