Para acceder a tal privilegio, lo único que se pide es conocer un poco nuestros intereses, el idioma en el que queremos hablar y qué estamos estudiando.
En agosto, cuando supimos de este programa, inmediatamente nos apuntamos Fernando y yo, para ir juntos a cenar con alguna familia y conocerlos. Unas dos semanas más tarde, nos contestaron por e-mail informándonos de que ya teníamos familia asignada y que esperáramos a que se pusieran en contacto con nosotros.
Poco tiempo después recibimos el correo de Trine, nuestra anfitriona, presentándonos a su familia, compuesta por su marido, su hijo y ¡tres perros!, el problema: que a Fernando no le gustan demasiado.
Finalmente concretamos la cena para el 3 de octubre, aunque en realidad fue la semana siguiente que coincidía con mi cumpleaños!
Cuando el día llegó, nos recogieron puntualmente (a las 5 de la tarde, hora danesa para la cena) en coche. Cuando llegamos a su casa, tenían la bandera alzada en su mástil, ya que por lo visto es tradición danesa cuando hay un cumpleaños o alguna fiesta especial. ¡Así que tuve un cumpleaños con honores y todo!
Una vez en la casa nos ofrecieron algo de beber y empezamos con la primera botella de vino tinto (a la que finalmente le seguirían otras ¡cuatro más! durante la noche).
Cuando fuimos a sentarnos a la mesa, me dieron un detalle por mi cumpleaños, se llama Hoptimist. Es un muñequito típico danés, un buen recuerdo de nuestra estancia en su casa.
El regalo envuelto. |
El Hoptimist |
El menú se componía de lomo de cerdo asado y patatas cocidas con una salsa de carne, col morada cocida, patatas al caramelo y una ensalada de manzana, cebolla y chili. Simplemente delicioso.
Además de postre tuvimos la tarta de queso que hice y unos bollitos especiales de cumpleaños con mantequilla y queso, y para acompañarlo, chocolate caliente y un chupito de ron.
Lars, nuestro anfitrion, y Fernando. |
Una muy curiosa que nos contaron es que es ilegal tener la bandera alzada cuando es de noche, porque se considera una falta de respeto hacia ella, y si alguien la ve, puede llevársela sin que se considere un robo, por el simple hecho de dejarla "sola en la oscuridad".
Trine y yo doblando la bandera Danesa. |
Tan bien nos lo pasamos que hasta Fernando hizo buenas migas con los perros |
Al final de la noche (sobre las 23.30) Trine (que no había bebido) nos llevó de nuevo de vuelta a casa, y con la intención de volver a pasar otro día con ellos.