sábado, 8 de febrero de 2014

Viaje a Budapest. Día 2

Pest

La mañana siguiente teníamos como objetivo visitar todo Pest e ir al balneario Szechenyi. Decidimos desayunar en el mercado central, que nos pillaba muy cerca (ni 5 minutos a pie), y además es bastante económico (Sólo nos gastamos 2€). Compramos un café para llevar y dos dulces, y nos fuimos andando  hacia el museo nacional y la gran sinagoga.
Desayunando en el mercado


Museo nacional

La Gran Sinagoga
Por desgracia no entramos ni en el museo ni en la sinagoga. En el primero por estar cerrado, y en el segundo porque nos querían cobrar la friolera de 15€ a cada uno, ¡solo la entrada!, sin explicación ni nada. Así que vimos ambos monumentos por fuera y continuamos por la Vía Andrassy hacia la basilica de san Esteban.

Una vez llegamos a la basílica descubrimos que se podía subir a la cúpula desde la que se puede ver toda Budapest por un módico precio de 500 HUF, que vienen a ser 1,60€ aproximadamente.

Las vistas merecen la pena, aunque a nosotros nos pilló un día de niebla y la visibilidad no era demasiada, pero aún así es impresionante. También debo decir que estas "vistas de altura" vienen acompañadas de un sinfín de escaleras de caracol que deberás superar para llegar a la cima.

Al final de las escaleras de caracol hay que subir unas tres plantas más, pero por suerte, para los más vaguetes,  ¡hay un ascensor!.

Una vez arriba, el mirador consiste en un pasillo circular que rodea la cúpula central de la Basílica, por lo que se puede ver Budapest desde cualquier ángulo.


Escaleras para llegar a la cúpula
Vistas desde el mirador

Tras la visita a la Basílica nos encaminamos hacia el Parlamento, pasando primero por la Ópera de Budapest y algunas calles pintorescas y bastante bonitas.

Nuestra sorpresa al llegar al Parlamento fue bastante grande, y por desgracia no fue buena. ¡Estaba en obras! Absolutamente toda la plaza que se encuentra al frente era inaccesible, al igual que el mismo parlamento, y ni que decir tiene que las vistas llenas de vallas y trabajadores no eran las mejores, pero bueno, seguía siendo bonito.
Parlamento en obras

Una vez cumplimos la ruta turística por Pest, nos encaminamos hacia el siguiente punto, La plaza de los Heroes y el Balneario. Estos se encuentran un poco más alejados y decidimos ir en metro, pues costaba unos 350HUF (1.15€ aprox) y nos dejaba justo en la puerta de los baños Széchenyi, aunque nos bajamos en la parada anterior para recorrer primero la plaza de los héroes y el parque.

La plaza de los Héroes es uno de los monumentos más emblemáticos de Budapest por estar ligado con su historia. Además a sus costados se encuentran el Museo de Bellas artes y el Palacio del arte, y justo a su espalda el parque de la ciudad.

Plaza de los Héroes con el parque de fondo
Tras la foto obligada, nos adentramos en el parque de la ciudad. En éste nos encontramos una pista de hielo enorme, del tamaño de un campo de fútbol aproximadamente, a un lado, y al otro un lago de aguas termales con un montón de patos muy amigables (¡Comían de la mano y todo!).
El lago era bastante curioso, pues con el frío que hacía (unos 8 grados bajo cero) emanaba humo.
Pista de hielo

El lago con la niebla

Los patitos del lago comiendo

Fernando en la puerta del balneario
Tras el paseo por el parque nos dirigimos al balneario. 

Estos baños, para mí, son una visita obligada, especialmente en los meses de invierno, pues tienen unas piscinas exteriores de aguas termales, y es algo para recordar el estar bañándose en ellas a -10 grados. 

También he de decir que a la hora de salir del agua se pasa bastante mal, pues la toalla no es un gran abrigo y si encima vas como nosotros,  sin chanclas, aún peor, ¡pues el suelo está helado!, literalmente.

Como consejo si vais a ir, os recomendaría llevar chanclas ¡y efectivo en florines!, pues no permiten pagar en euros y el depósito lo debes dar en metálico.



Balneario de día

Yo detrás de una de las fuentes
Balneario de noche

Planta congelada junto a la piscina
La sensación de estar en ese agua tan calentita con tanto vapor alrededor es inmejorable, algo de lo que yo creo que siempre me acordaré.
Además de las piscinas exteriores, también tienen numerosas piscinas interiores, saunas, baños turcos, y piscinas para hacer gimnasia y un lounge-bar, aunque he de decir que apenas usamos esas piscinas, pues las de fuera eran, en mi opinión, las mejores. 

Las piscinas exteriores tenían hasta una zona de aguas rápidas; una especie de caracola en el centro de la piscina con una fuerte corriente, en el que te metías y te dejabas llevar. 

En cuanto al precio, bueno, no se puede decir que sea barato: el pack básico son unos 5000 HUF más el depósito por la toalla que son 2000 HUF más (aunque te los devuelven después), y si incluyes un box privado para cambiarte, tour guiado, masaje, bebida y macedonia en el lounge, etc. puede llegar hasta unos 24.000 HUF unos 80€). 
Yo os recomendaría optar por la versión básica si no sois muy exclusivos, pues por unos 5000 HUF,(unos 18€) tienes el acceso básico a las piscinas.

viernes, 7 de febrero de 2014

Viaje a Budapest. Día 1. Llegada

Como ya han terminado los exámenes, decidimos hacer un viaje por Europa, y qué suerte tuvimos que encontramos un vuelo desde Billund a Budapest por 30€ ¡Ida y Vuelta!. Así que nos enfundamos el gorro y la bufanda, preparamos la maleta y pusimos rumbo a Hungría.

Buscamos alojamiento económico, y encontramos un duplex (lo reservamos por Internet: enlace) por 60€ dos personas, 3 noches. Estaba muy bien situado, a 5 metros de la calle más céntrica de Budapest (Vaci Utca), así que era perfecto.
Salón-comedor del apartamento

Llegada. Día 1:

El vuelo se retrasó debido al tiempo y el tráfico, pero aún así fue bastante tranquilo. Llegamos sobre las 5.10 de la tarde a nuestro destino: Budapest.

Una vez en el aeropuerto habíamos contratado desde Dinamarca el trayecto aeropuerto-hotel con DisfrutaBudapest por 25€ (por trayecto), así que cuando aterrizamos había un hombre con un cartelito esperándonos en el aeropuerto para llevarnos a nuestro destino. Por el camino nos fue explicando un poco sobre Buda y sobre Pest y su historia ¡y todo en español!.

Una vez que llegamos al apartamento nos recibió (un poco tarde), un muchacho muy joven, explicándonos las zonas más importantes a visitar, los supermercados cercanos, zonas de restaurantes, bares, etc. y nos lo fue indicando en un mapa que tenía preparado para nosotros.

Tras esto nos fuimos a cenar a la calle Raday, donde descubrimos una de las maravillas de Budapest: su gastronomía (¡y sus precios!). Cenamos en un restaurante llamado Püder, al que deberíamos considerar como "alternativo", pues es tanto teatro como restaurante y además esta decorado de una forma un tanto peculiar:

Lámpara colgante 

Planta baja del restaurante
Aunque pueda parecer desastroso, el restaurante es así, es muy original y el servicio muy atento. ¡Y ni que decir de la comida!, nos llenamos hasta no poder más: Un entrante de sopa goulash, un primer plato cada uno: pollo empanado con una salsa de ajo y aguacate, y  otro plato de una pasta (no se muy bien qué es pero algo así como gnocchi), con bacon y algo más que no llegamos a descubrir y dos bebidas cada uno. No podemos olvidar el postre: una tarta de lima y naranja para mí y un tiramisú para Fernando, más café y té. ¿Sabeis cuanto costó TODO?, ¡unos 20€!


jueves, 30 de enero de 2014

Resúmen Octubre, Noviembre y Diciembre

Debo comenzar esta entrada disculpándome por haber tenido el blog un poco abandonado, así que, antes de que comencemos el nuevo año con nuevas aventuras os hago un breve resumen de los acontecimientos más importantes de los tres últimos meses, así que será una entrada algo larga, ¡espero que tengáis ganas de leer y ver muchas fotos!

Octubre:

Un par de días más tarde del Dine with a Dane, comenzaba el Autumn Break, que consiste en una semana de vacaciones en la que todo el mundo realiza viajes para conocer Dinamarca y sus alrededores o bien decide hacer una visita rápida a casa. 

En nuestro caso elegimos la primera opción: Viajar. Nos fuimos cuatro días a Copenhague, la capital danesa.

Salimos el Lunes en tren ya que con la Wildcard (tarjetas de descuento en trenes de DSB, se puede solicitar aquí por 185 dkk. (Unos 25€)) de Lunes a Jueves y también los Sábados ofrecen un descuento del 50%, mientras que viernes y domingos es un 25%.

Tras tres horitas de tren llegamos a Copenhague, dónde habíamos reservado un apartamento en el barrio rojo (en el centro) en airbnb, durante tres noches.

En nuestra estancia visitamos la sirenita, el Tívoli, Nyhavn, Stroget, Christiania, el museo nacional, y un sinfín de iglesias, parques y calles que te transportan a una época medieval.

El tiempo nos acompañó bastante, hizo bastante sol aunque llovió un día, pero con el chubasquero íbamos muy bien; además al ir en otoño, el paisaje es precioso con sus tonos marrones y verdes y con motivo de Halloween ¡había calabazas en todos los lugares!
Puesto de flores y fruta en el centro
Nyhavn
Nyhavn es la calle más conocida de Copenhague por sus colores y su cantidad de restaurantes y bares (un poco caros para la mayoría de los bolsillos), aunque aún así merece una visita obligatoria. Además esta calle está muy cerca del centro y la encuentras de camino hacia la sirenita.
Stroget
Kastellet
Kastellet
Kastellet


Tras la visita al centro de cophenague pasando por Stroguet, el palacio de Rosenborg y los jardines de la reina, y ver unas cuantas iglesias de camino (en las que decidimos no entrar por su elevado precio y nuestro poco tiempo); continuamos en nuestro andar hacia la sirenita y llegamos a Kastellet.

Kastellet es una antigua fortaleza medieval de Copenhague, que aún tiene uso militar (encontramos a un soldado muy simpático que se ofreció para hacernos una foto con él y todo como veis a la izquierda). Se puede pasear por ella sin pagar entrada alguna, y en su interior encontramos paisajes verdes, con ríos, un molino, cisnes y patos...

Esta fortaleza se encuentra justo antes de la Sirenita, así que se puede visitar sin problemas y no se tarda mucho más de una hora (deteniéndonos a hacer fotos tranquilamente).

Tras la visita a la sirenita, se encuentra la fuente Gefión y la iglesia St. Alban Kirke, una iglesia anglicana con una fachada de piedras pequeñas traidas de suecia.

De vuelta hacia el apartamento vimos el palacio de Amalienborg y su cambio de guardia, así como la ópera, 
Iglesia Saint Kirke con la fuente Gefión en el frente.
Fuente Gefion
Cambio de guardia en el palacio de Amalienborg
Ópera House de Copenhague vista desde el palacio de Amalienborg
El día dos fuimos a ver Tivoli y sus jardines, que aunque no es gratis ni la entrada ni las atracciones, merece la pena verlo si el presupuesto lo permite.

Puerta principal de Tivoli

Jardines de Tivoli decorados con motivo de Halloween.
Tivoli 


 El barrio verde de Christiania es más un turismo "alternativo". Christiania es un "estado independiente" de la unión europea que se encuentra en Copenhague, en él la venta de marihuana y derivados está permitida, y no sólo eso, sino que hay "bares" especiales en los que sirven cigarrillos de cannabis en vez de tapas.
Aunque pueda sonar a un sitio terrorífico, la verdad es que te sientes seguro en él, siempre que los respetes y cumplas sus normas (prohibido correr y hacer fotos en su interior).
El barrio verde de Christiania

Cartel de Christiania al salir de ella, indicando que estas entrando a la UE.
El mismo día de visita a Christiania fuimos al museo nacional, en el que ¡la entrada también es gratuita! (Como veis viajamos en versión low cost pero sin perdernos nada). 
En el museo visitamos la exposición vikinga que se encontraba temporalmente allí, y en la que un amable señor, que mostraba y explicaba las prendas típicas de estos ancestros daneses, invitó a Fernando a disfrazarse de uno: ¡incluyendo cota de malla, que pesaba unos 10kg!
Fernando en el museo nacional

Debo decir que este viaje mereció mucho la pena, el apartamento era precioso, y los precios, bueno... Esto es Dinamarca, no se puede decir que sea "barato", pero tampoco es tan excesivamente caro como esperabamos, comimos en algunos buffes por unos 12€-15€ cada uno incluyendo la bebida.



Ese mismo mes de octubre fue bastante movidito, pues dos días más tarde de nuestra vuelta de Cophenague fuimos a Bremen (Alemania) en autobús. El viaje estaba organizado por IDA, una asociación de estudiantes de ingeniería, y costaba unas 400Dkk  (54€ aprox. ) ó 300dkk (unos 40€) si eres miembro de IDA. Este precio incluía el traslado de ida y vuelta y la entrada al museo.

El viaje consistía en ir al museo de ciencia de Bremen, y después visitar la ciudad. Todo el mismo día, así que era un poco paliza, pues para llegar a la pequeña ciudad se tardaban unas 5 horas de autobús.
Salimos de la puerta principal de VIA a las 4.00 am (si mal no recuerdo), para llegar a Bremen alrededor de las 10.00. Sobre esa hora entramos al museo de las ciencias de Bremen en el que había tres secciones, Ciencia, Cuerpo Humano y Nuestro planeta, en el que había numerosos objetos y experimentos con los que interactuar: desde un tambor que marcaba el ritmo conforme al latido de tu corazón, hasta un laberinto completamente a ciegas en el que debías guiarte por tu sentido del tacto.
Aquí os dejo algunas de las fotos más curiosas de ese día:
Juego de luces frente a un cristal.

Tornado

Interior del museo


Noviembre:

De noviembre cabe resaltar la Semester Party cuyo tema fue "Homeless" que para aquellos que no hablen inglés vendría a ser "vagabundo" (suena mejor en inglés ¿Verdad?). Así que básicamente se trataba de ponerse ropa resquebrajada, carteles, gorros, y en general cualquier prenda o accesorio que pareciera desastroso.
Más de uno no se afeitó e incluso se dejó un poco de lado la higiene personal para que el disfraz fuera más "realista". 


Diciembre:

Diciembre fue tiempo de estudiar, centrarnos el el proyecto y preparar la vuelta a casa. Las fotos que merecen la pena destacar son las de la primera nevada, que aunque fue bastante copiosa, la nieve no duró más de un día.



viernes, 11 de octubre de 2013

Dine with a Dane

La universidad ofrece la posibilidad de conocer la cultura Danesa de una forma más cercana, concretamente cenando con una familia danesa.
Para acceder a tal privilegio, lo único que se pide es conocer un poco nuestros intereses, el idioma en el que queremos hablar y qué estamos estudiando.
En agosto, cuando supimos de este programa, inmediatamente nos apuntamos Fernando y yo, para ir juntos a cenar con alguna familia y conocerlos. Unas dos semanas más tarde, nos contestaron por e-mail informándonos de que ya teníamos familia asignada y que esperáramos a que se pusieran en contacto con nosotros.
Poco tiempo después recibimos el correo de Trine, nuestra anfitriona, presentándonos a su familia, compuesta por su marido, su hijo y ¡tres perros!, el problema: que a Fernando no le gustan demasiado.
Finalmente concretamos la cena para el 3 de octubre, aunque en realidad fue la semana siguiente que coincidía con mi cumpleaños!

Cuando el día llegó, nos recogieron puntualmente (a las 5 de la tarde, hora danesa para la cena) en coche. Cuando llegamos a su casa, tenían la bandera alzada en su mástil, ya que por lo visto es tradición danesa cuando hay un cumpleaños o alguna fiesta especial. ¡Así que tuve un cumpleaños con honores y todo!


Una vez en la casa nos ofrecieron algo de beber y empezamos con la primera botella de vino tinto (a la que finalmente le seguirían otras ¡cuatro más! durante la noche).

Cuando fuimos a sentarnos a la mesa, me dieron un detalle por mi cumpleaños, se llama Hoptimist. Es un muñequito típico danés, un buen recuerdo de nuestra estancia en su casa.
El regalo envuelto.

El Hoptimist
Tras la grata sorpresa nos sentamos en la mesa y no os puedo decir como se llama lo que cenamos pero estaba delicioso, y había suficiente comida como para alimentar a cuatro personas más.


El menú se componía de lomo de cerdo asado y patatas cocidas con una salsa de carne, col morada cocida, patatas al caramelo y una ensalada de manzana, cebolla y chili. Simplemente delicioso.

Además de postre tuvimos la tarta de queso que hice y unos bollitos especiales de cumpleaños con mantequilla y queso, y para acompañarlo, chocolate caliente y un chupito de ron.


Lars, nuestro anfitrion, y Fernando.
Mientras que cenábamos fuimos hablando de todo tipo de cosas, y tradiciones danesas y españolas.
Una muy curiosa que nos contaron es que es ilegal tener la bandera alzada cuando es de noche, porque se considera una falta de respeto hacia ella, y si alguien la ve, puede llevársela sin que se considere un robo, por el simple hecho de dejarla "sola en la oscuridad".
Trine y yo doblando la bandera Danesa.
No solo tenían la bandera danesa, en honor a nosotros pusieron en la mesa también la española, además de las velas, algo muy típico danés.



Tan bien nos lo pasamos que hasta Fernando hizo buenas migas con los perros
Al final de la noche (sobre las 23.30) Trine (que no había bebido) nos llevó de nuevo de vuelta a casa, y con la intención de volver a pasar otro día con ellos.